El Cine: Desde el Kinetógrafo a la Piratería

El cine se consolida en nuestro siglo y en el anterior como una de las experiencias más influyentes de la cultura popular y en un innovador medio artístico que irrumpe en el panorama mundial multiplicando las posibilidades de expresión. Recorrió un largo camino desde que Edison comercializó su Kinetoscopio (aparato que permitía la visión de películas rodadas con el Kinetógrafo) en 1893.

Los hermanos Lumière, en Francia, fueron los primeros en dar el salto entre las simples imágenes de figuras a las escenas de la vida cotidiana, anunciando así la esencia del medio. Entre algunas de sus filmaciones se encontraban las conocidas salidas de los obreros de la fábrica o la llegada del tren.

D.W. Griffith, a través de películas como “El Nacimiento de una Nación” (1915) e “Intolerancia” (1916), marcó la entrada del cine a su etapa adulta. Estos filmes eran producciones de gran ambición, con grandes medios técnicos, decorados monumentales y miles de extras. Las obras eran de mayor duración y relataban grandes historias.

Durante los años 20, las productoras se lanzaron a la invención de las estrellas del cine, tales como Charles Chaplin, Mary Pickford, Douglas Fairbanks, Gloria Swanson y Greta Garbo. La publicidad de estos personajes, sus películas, actividades y características personales, provocaron curiosidad en los espectadores, estimulando así su interés y haciéndolos volver a las salas una y otra vez, sólo para ver a sus nuevos ídolos. Este fenómeno continuó creciendo hasta que la curiosidad se volvió, en algunos casos, en obsesión, convirtiéndose en el día de hoy en lo que conocemos como “fanatismo” (condición que los medios amarillistas suelen explotar para vender).

La introducción de la sonorización en las películas a partir de “El Cantante de Jazz” (1927) demostró su capacidad para atraer al público, seducido por las voces originales de sus actores favoritos. El cine se convirtió en empresa (esto se ve en una célebre producción de época, “Los Que El Viento se Llevó” de 1939, ejemplo de la producción de Hollywood, mitad negocio, mitad espectáculo).

El cine, como se mencionó, es, además de un medio de expresión y una empresa, un medio de influencia. De esta manera los grandes gobiernos totalitarios supieron explotarlo para crear una opinión unificada en sus pueblos. Es el caso de la Alemania nazi, cuyo Departamento nacional de Cine orientaba las historias de las películas alemanas para que promovieran la ideología del nazismo.

De allí en adelante la historia es conocida. La globalización y las nuevas tecnologías de iluminación, edición, efectos especiales, entre otras, llevaron al cine adonde está ahora. La filmación de películas es un negocio multimillonario, que cuenta con enormes inversiones y gigantescas audiencias alrededor del mundo (como es el caso de conocidas películas como “La Guerra de las Galaxias” o “Titanic”). La competencia entre los grandes estudios lleva a la constante superación en materia de guiones, efectos, actuación, etc., creando así una gran variedad dentro del mundo cinematográfico.

Hoy en día, el cine enfrenta uno de sus más grandes problemas: la descarga pirata en Internet. Se pueden bajar películas y verlas desde la comodidad de los hogares antes de que sean lanzadas a las salas de proyección y sin pagar una entrada (cada vez más cara en nuestro país).

En mi opinión, el cine, de la misma manera en que logró superar la problemática de la televisión y sus canales de películas, no se hará mucho problema con la piratería. Yo creo que el cine representa, además de un entretenimiento, un lugar importante en la cultura de los países (más que nada occidentales). No sólo se concurre a una sala para ver una película o para el último estreno, sino para llevar a una cita, o pasar un tiempo con amigos. Además, para aquellos que sí van exclusivamente a ver una película, la intensidad de la imagen y el sonido de las salas de cine es todavía incomparable.

Gonzalo "Bonzo" Villegas